Bill Murray esperando el milagro de la Navidad |
Título original: Scrooged; Año: 1988; Director: Richard Donner; Nota: 6.
Sinopsis: Un cínico ejecutivo de un canal de televisión descubre los buenos valores de la Navidad.
Crítica: Otro de los muchos cuentos de Navidad de los 80. Las frecuentes referencias al contexto de esos años hacen que haya envejecido peor que otras películas. Por suerte el siempre irresistible Bill Murray puso el listón alto. Personalmente me ha dejado con la boca abierta ver a Miles Davis tocar la trompeta en un cameo.
Rupturas:
Bill Murray se enfada si molestas en el cine |
Minuto: 93
Durada: 85 segundos
Método: El personaje mira al espectador; El actor habla al espectador; El actor ve al espectador; El actor escucha al espectador; Referencia a otra película de un actor
Intensidad: 6
Nuestro protagonista, interpretado por Bill Murray, habla en directo a los espectadores de un especial de Navidad en la televisión. Nosotros, los espectadores de la película, vemos el plató de televisión, las cámaras y todo lo demás. Pero justo cuando inician los créditos al final de la película, algunos personajes empiezan a mirarnos e incluso Bill Murray sale de su personaje para hablarnos. Lo hace con la frase "feed me Seymour, feed me", cita de La pequeña tienda de los horrores donde también tenia un papel. El actor nos habla directamente a los espectadores en el cine (donde tendríamos que estar). Pero además de eso, nos ve y nos escucha. Es posible que la cuarta pared empiece a romperse incluso antes de los créditos finales, en concreto pocos instantes antes, cuando dice "y todos vivieron muy felices", se pone el sombrero y todos empiezan a cantar.
En la versión en castellano, la traducción hace que perdamos mucho de todo esto. Bill Murray no sale del personaje y en vez de hablar con nosotros lo hace con el plató. Supongo que la distribuidora en España prefirió esta solución para evitar que Murray nos hiciera cantar en inglés.
He querido analizar esta película justo después de El gran dictador porqué me la recuerda. Son dos comedias con al final una moraleja que primero se dirige a un público dentro de la película (el pueblo alemán por radio, los espectadores por televisión) y luego directamente a nosotros. Además en los dos casos los protagonistas se salen de sus personajes.
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